Tienda Rosaura siempre fue más que una tienda.
Nació del deseo de sanar y de transformar lo cotidiano en un espacio para desplegar la creatividad.
Durante estos años fuimos compartiendo kits, materiales y proyectos que invitan a bordar, pero detrás de cada uno de ellos hubo siempre algo más profundo: el deseo de reconectar con el hacer, con el tiempo propio y con los otros.
Hoy, Tienda Rosaura entra en una nueva etapa.
Seguimos bordando, pero con una mirada más amplia: creando proyectos, experiencias y espacios que unen arte, bienestar y comunidad.
Porque creemos que bordar no es solo una técnica, es una manera de estar en el mundo.
Creemos que habitar espacios que nos hacen bien es indispensable, que el bienestar se construye todos los días. Que en contextos como este de tanta dificultad, es necesario hacer red y volver a pequeños gestos que nos permitan volver a vernos. Mirar al que tenemos al lado, preguntarle cómo está, ofrecer una mano, una sonrisa, un abrazo.
Así de simple, así de complejo.
En tiempos en donde todo va a una velocidad que ni siquiera podemos registrar, hay que volver una y mil veces a los vínculos, a las cosas que nos nutren, que nos ayudan a hacernos preguntas. A recuperar la esperanza, no de manera ingenua, sino de manera profunda. Mirar hacia atrás y encontrar en tu historia algo que te inspire a seguir caminando.
A nosotras nos inspiran las sonrisas de todos los chicos y chicas que alguna vez bordaron, las manos torpes de quien quiere aprender, el silencio de quien encuentra en el bordado una conexión con alguien que ya no está, los ojos jóvenes que ayudan a enhebrar a los que ya no vemos tan bien, los nudos que dan origen a lo nuevo, la sorpresa de saberse capaz, la alegría de la tarea terminada, el anhelo de que Tienda Rosaura sea una invitación a hacernos bien.